Van Gogh hizo muchas cosas antes de empezar a pintar a los treinta años. Murió con sólo treinta y siete, pero en esos siete años pintó más de 800 cuadros… ¡un cuadro cada tres días! A Vincent le marcaron algunas cosas en su vida, que fue bastante desgraciada: los rechazos amorosos, el alcohol, la religión… Cuando finalmente empezó a pintar expresaba lo que sentía en su cuadros: cuando estaba contento usaba vibrantes colores amarillos, como en sus famosos Girasoles; si estaba triste y deprimido, colores fríos y líneas vigorosas. Era muy violento y extravagante: en una discusión con su amigo Gauguin llegó cortarse una oreja. Van Gogh vendió un solo cuadro en su vida y pudo vivir gracias a la ayuda de su hermano menor, Theo.
Cuando Van Gogh pintó este autorretrato acabar de salir del hospital. Se encontraba enfermo y deprimido. Por eso se pintó en colores azules, verdes, colores que reflejan la tristeza.