Monet, 1872
Adaptación reimaginada del original de Monet que está en el Museo Marmottan Monet.
Infografía, acrílico y latex sobre lienzo (48×63 cm)
Uno de los cuadros más importantes de la Historia del Arte.
Monet pintó este cuadro al amanecer, desde la ventana de la pensión donde se alojaba en el puerto Le Havre. Quería capturar la luz del amanecer en el instante en que los barcos salen a faenar. Observa la niebla, los barcos, el humo: lo cotidiano, lo que pasaba un día normal. Pero sobre todo ese sol rojo con su reflejo que te absorbe la vista.
El cuadro está pintado rápidamente, a pinceladas casuales, colores directos, sin mezclar, capturando la impresión del instante.
Eso es el IMPRESIONISMO.
Puedes ver el original que pintó Monet aquí y aquí.
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Claude Monet
Al principio su estilo de pintar no gustaba ni al público, ni a la crítica… pero él se empeñó en seguir investigando, a la caza del instante y la luz. Finalmente ¡arrasó en una exposición! Se llamó la exposición de Los Impresionistas y cambió la historia del arte.
Los impresionistas no reproducen lo que ven, sino la impresión que les produce lo que ven. Y lo que ven es lo cotidiano, su día a día. Nada de las cosas importantes que estaban valoradas en el arte de su época. Pintan directamente en la naturaleza, o en la calle, o en un puerto, o una estación de tren… con un estilo suelto, sin apenas dibujo, como bocetos, y con colores puros, sin mezclar, que aplican con pinceladas visibles. Una pintura honesta, verdadera, frente al arte establecido que pintaba cosas importantes de la historia o la religión.
Monet pintó más de 70 años y sus obras cambiaron la Historia del Arte.